Todos los tipos de prótesis dental fija
Te contamos qué es una prótesis dental fija, sus características y para qué casos está indicada cada una. Lee nuestro artículo y entérate de todo.
Una prótesis dental consiste en un aparato fabricado a medida de la boca del paciente que sustituye una o varias piezas dentales perdidas.
Existe una gran variedad de prótesis, fijas o removibles, en función de las necesidades de cada persona.
Dentro de cada categoría encontramos diferentes clases con características propias.
Con este artículo, pretendemos explicar los tipos de prótesis fijas que hay en el mercado actual e indicar para qué casos está indicada cada una.
Índice de contenidos
Antes de nada: ¿qué es una prótesis fija?
Las prótesis dentales fijas son aquellas que se mantienen unidas a la boca del paciente de forma permanente y, por tanto, no puede quitarse.
A diferencia de las removibles, la persona no necesita quitárselas para limpiarlas y no tiene inconvenientes de filtración de restos de comida.
Además, al quedar completamente fijadas, no es hace falta que pasen por un periodo de adaptación, como sucede por ejemplo con la dentadura postiza tradicional, que puede resultar incómoda los primeros días al hablar.
Clasificación según el sistema de sujeción
Podemos hacer una primera categorización de este tipo de prótesis en función de cuál es su método de fijación.
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Por un lado, encontramos las prótesis fijas que se sujetan sobre el diente natural del paciente.
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Para que no haya discordancia de tamaños y posición, es habitual que el dentista necesite tallar la pieza dental hasta formar lo que se conoce como un muñón.
Sobre ese diente remanente se encaja y cementa la prótesis.
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Por otro lado, están las prótesis que se fijan sobre implantes dentales, unos tornillos hechos de titanio que sustituyen a la raíz del diente.
Sobre este elemento va colocada la corona o puente que proporciona la parte funcional y estética de la prótesis.
¿Qué clases de prótesis dentales fijas hay?
Dentro de las fijas, encontramos 4 tipos de prótesis, cada una pensad para casos específicos.
Coronas
Las coronas, también conocidas como fundas, se pueden colocar sobre implantes o sobre el diente natural del paciente.
En este segundo caso, es necesario limar gran parte de la superficie dentaria antes de encajar la corona.
Su objetivo es cumplir con todas las funciones de una pieza dental real, en cuanto a estética y funcionalidad.
Las prótesis dentales fijas ofrecen mayores ventajas frente a las removibles, por tener una mejor sujeción y ser más duraderas a largo plazo
Con una corona, la persona puede masticar como lo haría con su diente natural y casi siempre termina olvidándose de que lleva una prótesis.
Las fundas están confeccionadas con diferentes materiales, aunque las más resistentes son las de zirconio.
Estos dientes artificiales los confeccionan los protésicos en el laboratorio dental, tomando como medida las impresiones tomadas por el dentista en la clínica.
Estos profesionales adaptan la corona al color y forma del resto de piezas del paciente, para lograr el mayor mimetismo posible con el resto de la boca.
Implantes dentales
Un implante dental es un pequeño tornillo que se inserta dentro del hueso del paciente.
Está indicado, por tanto, para sustituir una pieza dental completa que no tiene raíz.
En ocasiones hay confusión respecto a qué es exactamente un implante, ya que sobre este se coloca una corona.
Es una de las preguntas más habituales sobre implantes que hacen los pacientes.
Son dos elementos diferentes que conforman un todo, pues el implante ofrece una sujeción duradera y la funda aporta la parte estética y funcional de la dentadura.
El implante está hecho de titanio, un material totalmente biocompatible con el organismo humano y que, por tanto, no provoca reacciones alérgicas.
La cirugía para colocar este tipo de prótesis es completamente indolora gracias a la anestesia local.
Tras 3 meses, si no se produce ninguna complicación, el implante queda osteointegrado, es decir, que el proceso de cicatrización ha concluido.
Puentes dentales
Un puente sirve para sustituir uno o varios dientes contiguos.
Se trata de una estructura conformada por una serie de coronas que pueden ir colocadas sobre implantes o el diente remanente.
En función del caso, el implantólogo optará por un método u otro.
Por ejemplo, si a un paciente únicamente le falta una pieza dental y las adyacentes no tienen demasiados problemas, quizá no es necesaria su extracción.
Los dientes o implantes donde se apoya la prótesis reciben el nombre de pilares y su misión es soportar las cargas masticatorias de la mandíbula.
Existen diferentes tipos de puentes, aunque el más común es el llamado tradicional, formado por tres coronas.
La principal desventaja de los puentes frente a los implantes es que, en ocasiones, requiere tallar dientes sanos y es una versión menos estable a largo plazo.
Además, con el paso del tiempo es muy posible que tanto el hueso como la encía de la parte edéntula -sin dientes- vaya menguando, dejando a la vista huecos entre la prótesis y la encía.
Prótesis híbridas
Las prótesis híbridas sustituye por completo la arcada superior o inferior de la boca.
Están, por tanto, indicadas para una rehabilitación total de un paciente con edentulismo.
Dependiendo de las necesidades estéticas y funcionales de cada persona, la prótesis híbrida puede restituir las piezas dentales o también parte de la encía.
Ofrecen un resultado muy natural y al ir colocadas sobre implantes, su sujeción está asegurada para garantizar que el paciente pueda hacer vida normal.
Ventajas de las prótesis fijas sobre las removibles
Como hemos explicado al principio de este artículo, las prótesis pueden ser fijas o removibles.
Aunque cada paciente puede elegir entre una u otra, siempre siguiendo las recomendaciones de su dentista, las que son permanentes ofrecen mayores beneficios que las de quita y pon.
En primer lugar, resultan mucho más cómodas al no tener que retirarlas tras cada comida para limpiarlas, evitando el trastorno que esto supone.
Para asegurar la supervivencia de una prótesis dental, recuerda realizar una higiene profesional con frecuencia y acudir a las revisiones.
Por otro lado la sujeción y firmeza que aporta una prótesis fija es muy superior a la de una removible, logrando mayor seguridad al masticar y al hablar.
Es importante remarcar que las prótesis fijas requieren de unos cuidados especiales para que sean duraderas.
Aunque no pueden tener caries, no hay que olvidarse del tejido periodontal que las rodean, que sí pueden acumular sarro y desarrollar, por ejemplo, gingivitis o periodontitis.
Es necesario extremar la higiene empleando un irrigador bucal para asegurar que la zona quede libre de bacterias.
Manteniendo una correcta profilaxis dental y acudiendo a las revisiones pautadas por el dentista, una prótesis dental fija puede durar toda la vida.
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