Paladar ojival o estrecho: ¿a qué edad se trata y qué problemas ocasiona?
El paladar ojival implica una falta de espacio en la arcada superior, por lo que los dientes no saldrán con normalidad y habrá maloclusiones.
El paladar ojival conviene tratarlo cuando todavía no ha concluido el crecimiento, es decir, durante la infancia.
En estas edades tempranas, cuando se están desarrollando los huesos maxilares, es posible solucionar este problema de forma más sencilla, rápida y eficaz.
También llamado paladar estrecho, se trata de una anomalía bucal que conlleva importantes maloclusiones en la adultez.
Es uno de los problemas que se dan con más frecuencia en niños y se debe corregir a través de un tratamiento de ortodoncia interceptiva.
En este artículo, te contamos en qué consiste el paladar ojival en niños, las causas que lo provocan y la mejor forma de abordar estos casos.
Índice de contenidos
¿Qué es el paladar ojival?
Antes de comenzar a detallar qué es exactamente el paladar ojival, cuáles son sus causas o cómo se trata, es necesario entender cómo funciona esta parte de la boca.
El paladar se encuentra en la zona superior de la cavidad oral, tiene una forma abovedada y puede ser alcanzado por la lengua cuando la movemos hacia arriba.
Está dividido en dos partes: la parte anterior (paladar duro) y la parte posterior (paladar blando).
Mientras el primero está formado por dos huesos (el maxilar y el palatino), el segundo corresponde a tejido muscular.
Cuando las estructuras óseas no se desarrollan correctamente durante la etapa de crecimiento y son más estrecho de lo debido, hablamos de paladar ojival.
Esto significa que su curvatura y forma abovedada son más pronunciadas, por lo que su estructura necesitaría ser ensanchada mediante la ortodoncia interceptiva.
¿Cuáles son sus causas?
Las causas del paladar estrecho pueden ser de origen congénito o deberse a malos hábitos dentales adquiridos cuando somos niños o bebés.
Los tres motivos principales son los siguientes:
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Respiración oral, es decir, por la boca, en lugar de por la nariz.
Este hábito surge como consecuencia de una obstrucción nasal crónica causada por vegetaciones, desviación del tabique nasal, etc.
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Succión del dedo pulgar
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Uso prolongado del chupete
Es habitual que el paladar ojival vaya acompañado de otras maloclusiones dentales como la mordida cruzada, los dientes torcidos o el apiñamiento
¿Cómo se detecta el paladar estrecho?
Los padres pueden detectar anomalías en la respiración de sus hijos, así como ser conscientes de malos hábitos, como los que acabamos de enumerar.
Sin embargo, es complicado que sean ellos los que detecten el paladar ojival en niños.
Por eso, es recomendable llevar a los pequeños a una clínica dental para que sean revisados por el ortodoncista a los seis años.
Esta edad no es casual, sino que se considera la adecuada para comenzar, si así lo necesita el paciente, un tratamiento de ortodoncia interceptiva.
¿Qué problemas ocasiona?
El paladar ojival tiene una serie de consecuencias en el resto de la boca, ya que perjudica la erupción de los dientes de leche y definitivos.
Por tanto, cuando un paciente presenta esta deformidad tendrá, casi con toda probabilidad, problemas en la oclusión y el alineamiento de sus dientes.
Dicho esto, el paladar estrecho suele ir acompañado de: mordida cruzada, dientes apiñados, piezas dentales torcidas, etc.
Tratamiento: ¿cómo se corrige el paladar ojival?
Tal y como hemos avanzado al inicio de este artículo, es posible corregir un paladar estrecho cuando somos niños, en concreto entre los seis y los doce años de edad.
En ese rango es cuando se produce el desarrollo de las estructuras óseas -mandíbula y maxilar-, por lo que es posible guiar su crecimiento porque son moldeables.
Lo ideal es abordar el paladar ojival en niños de seis o siete años, aunque es posible atajar el problema hasta los doce años, pero depende del desarrollo de cada paciente.
Para corregirlo, se aplican fuerzas laterales en el paladar mediante un aparato dental de ortodoncia interceptiva: el expansor o disyuntor palatino.
¿Cómo funciona el expansor o disyuntor de paladar?
El disyuntor palatino se ancla en los dientes de la arcada superior, concretamente en los molares posteriores.
Este aparato tiene en el centro un mecanismo que permite realizar fuerza hacia los lados del maxilar superior.
Así, poco a poco, consigue el ensanchamiento deseado del hueso del paladar.
El expansor se coloca de manera fija en la boca y suele llevarse entre siete meses y un año.
Sin embargo, el tiempo de tratamiento depende del caso concreto de cada niño, del grado de estrechamiento de su paladar y de cómo responda a la ortodoncia.
Una vez que se haya conseguido la expansión planificada, el paciente tendrá un paladar que se desarrollará correctamente durante el resto de su etapa normal de crecimiento.
¿Es necesario un tratamiento posterior al expansor palatino?
Generalmente, la acción del disyuntor se combina con un tratamiento de ortodoncia.
Y es que si los dientes no contaban con el espacio necesario en la arcada superior para salir con normalidad, no estarían debidamente alineados.
Del mismo modo, hay que tener en cuenta que tener un desarrollo adecuado en el paladar tampoco exime de llevar aparato dental en caso de ser necesario.
Por ello, es posible que un niño requiera de un tratamiento de ortodoncia infantil aunque no haya necesitado expansor.
Ten en cuenta que existen muchos tipos de maloclusión, tanto a nivel esquelético como dentario, y todas ellas se solucionan en la infancia a través de aparatos ortodóncicos.
Por ejemplo, aunque las dimensiones del paladar sean las adecuadas, puede ser necesario corregir el apiñamiento de los dientes para alinearlos.
La corrección del apiñamiento dental se llevará a cabo en la adolescencia del paciente, es decir, a partir de los doce años.
En este momento, ya se podrán utilizar los tratamientos propios de adultos, conocidos como ortodoncia correctiva.
En la adolescencia es habitual colocar brackets metálicos, pero es posible optar por otro tipo de sistemas más discretos, como los alineadores Invisalign.
Aunque aparentemente no haya ninguna complicación, llevar a tu hijo al especialista ayuda a detectar problemas a tiempo.
¿Qué consecuencias tiene no tratar un paladar estrecho?
La recomendación de abordar un paladar ojival en niños no es casual: cuando sus huesos son moldeables el proceso es mucho más rápido y barato.
Una vez que el desarrollo óseo concluye, no es posible recurrir a la ortodoncia interceptiva, pues el disyuntor de paladar no se puede colocar en personas adultas.
En caso de que los huesos estén completamente desarrollados, es necesario recurrir a otro tipo de intervención: la cirugía ortognática.
Se trata de una operación maxilofacial que sirve para mover y recortar los huesos de la cara en personas adultas cuyos huesos ya no son moldeables.
Como no podía ser de otra manera, el tratamiento quirúrgico es mucho más complejo y debe ser llevado a cabo por un cirujano en un entorno hospitalario.
Una vez que la estructura del maxilar es la óptima, hay que llevar los dientes a tu posición adecuada.
Por ello, esta cirugía siempre debe ir combinada con un tratamiento de ortodoncia fija.
Ahora que ya sabes qué es el paladar ojival y de qué forma se puede solucionar, te animamos a llevar a tu hijo a un ortodoncista.
Es importante no posponer la visita a la clínica dental, pues solo acudiendo será posible conocer el diagnóstico y determinar, si lo hubiera, ante qué maloclusión estamos.
Por tanto, si tienes un hijo que ya tenga seis años y no haya acudido al ortodoncista, te recomendamos que no lo dejes pasar.
Si su crecimiento bucodental transcurre de la manera prevista, podrá pautar revisiones para controlar su evolución.
Y, si ya presenta algún tipo de alteración, podrá planificar su tratamiento.
Tratar a tu hijo ahora, en edades tempranas, será mucho más llevadero para él y mucho más barato para ti.
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