Sialorrea o hipersalivación: ¿cuáles son sus causas y cómo se trata?
La sialorrea es una patología que se caracteriza por la acumulación excesiva de saliva debido a una enfermedad neurológica o en el uso de algún medicamento.


Hace unos meses publicamos un artículo sobre las enfermedades bucodentales más frecuentes entre la población.
Entre ellas, mencionábamos la caries, la gingivitis, la periodontitis, la halitosis y el cáncer de boca.
Sin embargo, existen otros trastornos no tan comunes que, aunque no son graves, sí que causan problemas e inconvenientes en el día a día.
Un ejemplo de ellas es la sialorrea -también llamada ptialismo o hipersalivación-.
Índice de contenidos
¿Qué es la sialorrea?
La sialorrea es una patología que se caracteriza por la acumulación excesiva de saliva o, dicho de manera más coloquial, por el babeo crónico.
En los siguientes apartados explicaremos la función que tiene la saliva en nuestro organismo y la importancia de mantener unos niveles adecuados.
Y, lo que es más importante, profundizaremos sobre las causas que provocan la excesiva salivación y su tratamiento.
¿Para qué sirve la saliva?
La saliva es un fluido producido por las glándulas salivales (mayores y menores) que se encuentran en la boca.
Este fluido tiene numerosos beneficios para nuestra salud. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:
- Mantiene la boca humedecida y lubricada
- Facilita la masticación y la deglución de los alimentos, favoreciendo también el proceso de digestión
- Interviene en la degustación de los alimentos
- Protege los dientes de la desmineralización y previene la caries
La sialorrea puede deberse a la producción excesiva de saliva o a la dificultad para tragar la cantidad de saliva que se genera, aunque dicha cantidad sea normal
¿Por qué es perjudicial un exceso de saliva?
Una persona genera de forma habitual una cantidad aproximada de 1,5 litros de saliva al día.
La cantidad de saliva de la boca depende del momento del día y de la actividad que estemos realizando.
Por ejemplo, comer alimentos ácidos estimula la producción de saliva. Por el contrario, dormir reduce el flujo salival.
Una segregación muy superior o inferior a esta media ocasiona malestar, incomodidad e, incluso, interfiere negativamente en nuestro día a día.
En los siguientes apartados contaremos en detalle cuáles son las consecuencias que tiene la sialorrea.
Como te podrás imaginar, una de las peores tiene que ver con el aspecto psicológico, ya que repercute en la vida social de quien la padece la hipersalivación.
De hecho, la acumulación de saliva hace que la persona presente un aspecto y olor desagradable (halitosis).
Además, el exceso de saliva hace que la persona tenga que escupir muy a menudo.
Lo contrario a la hipersalivación: la boca seca
En el extremo opuesto al babeo crónico se encuentra la boca seca o xerostomía.
Al igual que el ptialismo, la boca seca también tiene efectos negativos. Algunos ejemplos de ellos son los siguientes:
- Dificultades en la masticación, la deglución y el habla
- Lengua áspera e irritada
- Labios agrietados
- Halitosis
- Boca pastosa
- Mayor probabilidad de que aparezcan caries o infecciones
¿Cuáles son las causas de este trastorno?
La acumulación del flujo salival en la boca puede tener dos orígenes:
1. Excesiva producción de saliva
Esta primera causa -la hiperproducción- está relacionada con el uso de determinados medicamentos o fármacos.
Algunos ejemplos de ellos serían el betanecol, el carbacol, la pilocarpina, la epinefrina, la terbutalina, el clonazepan o los que contienen compuestos yodados.
2. Dificultad para tragar la saliva que se segrega
En lo que respecta a esta segunda causa, los niveles de producción de saliva son adecuados.
Sin embargo, la acumulación se debe a una enfermedad neurológica, que provoca que la persona no sea consciente de la hipersalivación.
Algunos ejemplos de estos trastornos neurológicos son:
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
- Parkinson
- Parálisis cerebral
- Parálisis del nervio facial
- Síndrome de Riley-Day
- Secuelas de un infarto cerebral o de un traumatismo cerebral grave
Por último, en este punto es conveniente resaltar que el babeo continuo es muy común en bebés y niños de menos de 2 años.
En ellos, la salivación excesiva se debe a la falta de control de los músculos faciales o al proceso de formación de los dientes.
¿Cómo se diagnostica la sialorrea?
A priori, el diagnóstico parece sencillo: podremos sospechar que estamos ante un caso de sialorrea cuando existe un babeo continuo.
Es decir, cuando no se pueden controlar los niveles de saliva dentro de la boca.
Sin embargo, hay otros síntomas que nos pueden hacer pensar que estamos siendo afectados por un problema de hipersalivación.
Dichos síntomas varían en función de la intensidad del problema:
- Descamación de los labios
- Dermatitis en la zona del mentón
- Fatiga muscular, ocasionada por el esfuerzo de tener que tragar el excedente de saliva
- Alteración en el sentido del gusto
Un médico de familia podrá determinar si el tratamiento adecuado para la sialorrea es farmacológico o quirúrgico.
¿Cómo se trata la hipersalivación?
En primer paso para solucionar este problema es identificar la causa para, en la medida de lo posible, acabar con ella.
Aunque pueden existir más opciones terapéuticas, en este punto nos vamos a centrar en las dos más habituales:
1. Tratamiento farmacológico
Si la sialorrea tiene su origen en el uso de determinada medicación -como la que hemos citado en uno de los apartados anteriores- una solución podría pasar por la suspensión del medicamento que la provoca.
Es decir, se puede suprimir o sustituir por uno alternativo, cuyo efecto adverso no sea la segregación incontrolada de flujo salival.
En otros casos, será necesario prescribir medicamentos para el exceso de saliva: atropínicos, antiespasmódicos o neuropsicótropos.
Sin embargo, su administración debe estar muy controlada por un médico.
En principio, estos medicamentos no deben utilizarse de forma prolongada.
Además, pueden tener efectos secundarios, están contraindicados en algunos pacientes y causan interacción con determinados fármacos.
Por tanto, a la hora de pautarlos se deben tener muy en cuenta las circunstancias de cada paciente y la intensidad de la sialorrea.
2. Tratamiento quirúrgico
Además de prescribir medicación, existe la posibilidad de llevar a cabo un tratamiento quirúrgico.
Este consiste en extraer determinadas glándulas salivales o ligar los conductos que liberan la saliva.
Tal y como hemos dicho con anterioridad, dichas glándulas actúan como productoras de la saliva.
Por tanto, su extracción o disminución también reduce la cantidad de saliva.
Dicho esto, es conveniente resaltar que la cirugía se reserva a los pacientes que no responden al tratamiento farmacológico o a aquellos a los que el exceso de saliva imposibilita hacer una vida normal.
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