‘Oil pulling’ o enjuague bucal con aceite de coco: mitos y realidades
El 'oil pulling' o enjuagarse la boca con aceite de coco es una práctica de moda pero, ¿qué dicen los estudios científicos sobre sus beneficios?
¿Te suena la práctica del ‘oil pulling’? Quizá hayas leído más de un artículo en Internet que habla maravillas sobre el enjuague bucal con aceite de coco.
Nos hemos acostumbrado a que muchos ‘influencers’ y medios de comunicación avalen los efectos positivos que ciertos productos tienen para la salud bucodental.
Entre otros beneficios, aseguran que el enjuague con aceite de coco permite blanquear la dentadura y eliminar las toxinas de la boca hasta el punto de desplazar al cepillo de dientes.
Sin embargo, lo cierto es que muchas de estas prácticas carecen del suficiente respaldo científico y existen pocos estudios rigurosos sobre su efectividad.
En este artículo, vamos a explicar cuál es el origen del ‘oil pulling’ y si su uso como colutorio beneficia a la cavidad oral.
Índice de contenidos
El origen del ‘oil pulling’
El enjuague bucal con aceite de coco se remonta hasta hace más de 3.000 años, concretamente en la India.
Dicha práctica se enmarca dentro de la medicina tradicional india, conocida con el nombre de Ayurveda, cuyo objetivo es la unificación del cuerpo, la mente y el espíritu.
Actualmente, al ‘oil pulling’ se le atribuyen numerosos beneficios para dientes y encías.
Pero también podemos encontrar artículos de Internet que explican cómo aplicarlo en el cabello o en la piel puede aumentar nuestra salud.
En definitiva, se presenta como un producto capaz de devolver la salud de forma completamente natural y sin ningún efecto secundario.
¿Cómo se hacen los enjuagues con aceite de coco?
Si seguimos las instrucciones que vemos en los innumerables vídeos y testimonios de personas que lo han probado, el ‘oil pulling’ tiene una serie de pasos.
En primer lugar, recomiendan enjuagar la boca en ayunas y por la mañana.
Lo ideal es mantenerlo en la cavidad oral 30 minutos, sin ingerirlo, hasta que el aceite adquiera una textura viscosa o lechosa.
Posteriormente, los ‘influencers’ recomiendan aclarar la boca con bicarbonato.
Nuestros doctores alertan de los peligros que entraña utilizar el bicarbonato en la boca, pues perjudica mucho la mucosa.
Debido a su efecto abrasivo, puede crear heridas y quemaduras en las encías, contribuyendo además al desgaste de nuestros dientes.
Con ello, las piezas tienden a volverse amarillentas con el paso del tiempo, por lo que se obtiene un efecto contrario al que se pretende conseguir.
Es por ello que los dentistas de Ferrus & Bratos desaconsejamos por completo estas prácticas.
Los efectos del ‘oil pulling’ según la ciencia
Pero volviendo al aceite de coco, lo cierto es que no existen análisis científicos fiables que demuestren las ventajas del ‘oil pulling’.
Sí que se han llevado a cabo diversos casos clínicos, aunque las sociedades científicas coinciden en que no se pueden considerar determinantes.
Esto se debe a que se han realizado sin el rigor que requiere un estudio científico, por lo que deberían ser más profundos y contar con un mayor control.
La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), explica que el ‘oil pulling’ se ha considerado durante muchos años una pseudociencia.
Incide incluso en que sus efectos positivos se debían realmente al efecto placebo.
Antes de hacer caso de los “productos milagro”, consulta con tu dentista cuál es el mejor tratamiento para ti.
No obstante, alude a la proliferación de informes que avalan su uso como colutorio para prevenir la aparición de placa bacteriana.
La SEPA concluye que el aceite de coco puede llegar a ser un enjuague bucal natural coadyuvante a la limpieza con cepillo y seda dental.
Es importante recalcar que, a pesar de esta consideración, la propia institución asegura que debe tratarse únicamente de un procedimiento adicional.
Así, no es conveniente que llegue nunca a sustituir las técnicas de cepillado correctas.
Por su parte, la Asociación Dental Americana (ADA) asegura que debido a la falta de evidencia científica, es imposible corroborar los mágicos efectos de este enjuague.
Por tanto, su uso como única práctica de higiene dental no está recomendada.
A pesar de los testimonios que lo afirman, la realidad es diferente: el aceite de coco no reduce las caries dentales ni blanquea las piezas.
En definitiva, no contribuye a mejorar la salud ni el bienestar bucodental o, por ahora, no se ha demostrado lo contrario de forma rigurosa.
Existen colutorios específicos que sí ayudan a eliminar las bacterias de la boca, como aquellos compuestos por clorhexidina, una sustancia antiséptica.
Este tipo de enjuagues bucales deben usarse bajo prescripción médica y solo durante un periodo de tiempo en concreto.
Aunque el ‘oil pulling’ promete blanquear tus dientes y eliminar las bacterias, no hay evidencias científicas que avalen sus efectos
Tratamientos dentales que sí funcionan
Tras haber analizado la opinión de las asociaciones científicas, coincidimos en que es aconsejable no desplazar las rutinas de higiene diaria.
Nuestra recomendación es que consultes con tu dentista de confianza cuál es el tratamiento que más beneficios te va a aportar según tus necesidades.
Así, si acumulas sarro en tus dientes y encías, la mejor opción es realizar una profilaxis dental profesional en la clínica.
Si lo que deseas es aclarar el tono de tu dentadura, un blanqueamiento dental combinado te proporcionará unos resultados duraderos en muy poco tiempo.
Las modas van cambiando y con ellas aparecen prácticas aparentemente revolucionarias que pretenden dejar obsoletas las rutinas de limpieza oral recomendadas por odontólogos profesionales.
Blanquearse los dientes con carbón activado, hacer gárgaras con agua oxigenada o realizar enjuagues bucales con aceite de coco son solo algunos ejemplos.
Nuestra recomendación es que desconfíes de estos “productos milagro” y hagas caso de las instrucciones de tu dentista de confianza.
Y es que no hay nada más efectivo para eliminar las toxinas de tu boca que mantener una correcta rutina de higiene.
Recuerda cepillarte después de cada comida, utilizando una pasta de dientes que se adecúe a tus necesidades, y empleando otros elementos como la seda dental.
Además, nuestro consejo es que vayas al menos una vez al año a la clínica dental para que el profesional determine que tu salud bucodental está en óptimas condiciones.
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