Hábitos para los dientes de los niños

Clínica dental / Odontopediatría

Desde las edades más tempranas es fundamental que los padres inculquen a sus hijos la importancia de mantener unos buenos cuidados e higiene bucodental.

Los dientes de los niños y adolescentes, sobre todo cuando los dientes son de leche, requieren de un especial cuidado.

Estos buenos hábitos se refieren especialmente al cepillado diario y a la alimentación pero, además, conviene que se familiaricen con el dentista.

Así, no tendrán miedo o incluso fobia al odontólogo y evitarán la aparición de problemas dentales en el futuro.

Cambios dentales en niños y adolescentes

Los dientes infantiles, ya sean de bebés o niños, necesitan los mismos cuidados que las piezas permanentes.

Y es que, si hemos adquirido unas buenas costumbres para la higiene oral, será más sencillo continuar con estas rutinas en la adolescencia.

De hecho, esta es una época llena de cambios en la que las personas comienzan a ser más autónomas en muchos aspectos de su vida.

Lo ideal sería que, uno de ellos, fueran las rutinas de higiene bucodental en casa.

Desde que nacemos, la boca y las estructuras óseas no deja de desarrollarse y la dentición en los niños va cambiando conforme crecen.

Así, a partir de los 6 años aproximadamente comienza la llamada dentición mixta.

En este momento, el niño empieza a perder sus piezas temporales para dejar paso a los dientes definitivos.

Diente de leche

Durante este periodo, ambos tipos de dientes permanecen en la boca hasta que, alrededor de los 11 años, ya cuentan con la dentadura completa.

Es por ello que, en esta época de cambios y crecimiento, es el mejor momento para perpetuar los buenos hábitos dentales.

Cuando un adolescente es consciente de la importancia de cuidar su boca, no solo por cuestiones estéticas sino de salud, tendrá una repercusión muy positiva en el futuro.

Y es que conocer las medidas preventivas para cuidar la salud bucodental y llevarlas a cabo reduce considerablemente la necesidad de someterse a tratamientos invasivos o dolorosos en la edad adulta.

El hecho, a su vez, de evitar tratamientos complejos se traducirá en un importante ahorro de dinero.

Para cuidar los dientes en niños y adolescentes es importante que tengan adquiridos unos buenos hábitos de higiene dental en casa

¿Cómo cuidar la salud bucodental en la adolescencia?

Tal como hemos adelantado previamente, la adolescencia es una etapa clave en muchos aspectos.

Por un lado, para continuar con los hábitos inculcados durante la niñez y, por otro, para adquirir rutinas nuevas que se llevarán a cabo toda la vida.

Por tanto, se recomienda que los padres supervisen los siguientes hábitos de sus hijos:

1. Higiene: cepillarse los dientes al menos dos veces al día

Aunque parezca algo básico, lo cierto es que no todo el mundo se para a cepillarse los dientes después de cada comida.

Ya sea por falta de tiempo, estar en el colegio o por no tener el hábito, en ocasiones no es posible hacerlo.

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Sin embargo, en caso de que el niño no pueda limpiar sus dientes durante el día, conviene hacerlo dos veces: por la mañana y por la noche.

Este cepillado debe durar un mínimo de dos minutos y debe acompañarse del uso de una pasta dental con flúor.

De esta manera, se eliminará la placa que tiende a acumularse entre los dientes y que, además, es la causante de la caries.

Además, tras el cepillado siempre se debe utilizar el hilo dental.

Con ello, se retirarán todos los restos de alimentos que han quedado entre las piezas dentales y que las cerdas del cepillo no han conseguido eliminar.

Y, por último, recomendamos el uso de enjuague bucal tras el último cepillado del día: antes de irse a la cama.

En cuanto a la higiene durante las clases, ya sea en el colegio o instituto, resulta beneficiosa la toma de caramelos de xilitol.

Aunque no sustituye al cepillado convencional, en caso de no poder lavarnos los dientes ayuda a la producción de saliva y reduce las formaciones de caries dentales.

Detecta pronto el problema

Es más sencillo corregir un problema de oclusión en la infancia que durante la edad adulta, pues es posible guiar el crecimiento de los huesos.

2. Nutrición: alimentación sana y equilibrada

Si no se les conciencia sobre la importancia de llevar una dieta sana y equilibrada, los adolescentes tenderán a consumir alimentos y bebidas con alto contenido en azúcares.

Este tipo de comidas tienen un escaso contenido nutricional, por lo que lo recomendable es reducir todo lo posible su ingesta.

Hablamos de chucherías, refrescos, alimentos procesados, bollería industrial y una larga lista de alimentos que terminan dañando los dientes de niños y adolescentes.

Ten en cuenta que una lata de refresco puede contener 6 cucharadas de azúcar, además de otros ingredientes insanos para la salud.

Por ello, las piezas dentales pueden padecer formaciones de caries, además de sufrir erosión dental debido a los ácidos que contienen estos alimentos.

Dicho esto, es importante llevar una alimentación equilibrada en la que abunden las verduras, frutas, la carne o el pescado, que son fuentes naturales de vitaminas y proteínas.

3. Ortodoncia: tratar a tiempo y extremar la higiene

Si hay un tratamiento dental que se asocie con la adolescencia y la infancia es, sin duda, la ortodoncia.

Lo cierto es que existen diferentes tipos de brackets infantiles e, incluso, aparatos removibles, como Invisalign.

No obstante, el uso de ortodoncia metálica tradicional es la más extendida entre los niños y adolescentes.

La concienciación parental de las consecuencias de padecer una maloclusión en la infancia puede derivar en graves problemas hace que la ortodoncia infantil sea muy demandada.

Y es que se trata de una cuestión de salud, ya que, a la larga, no corregir este tipo de anomalías puede derivar en muchas dificultades.

Por ello, conviene empezar la ortodoncia cuanto antes, siendo la temprana detección de una maloclusión uno de los aspectos que hará que un tratamiento sea más corto.

Para saber si tu hijo necesita llevar aparato, lo aconsejable es llevarlo por primera vez a un ortodoncista con 6 años.

Niño con ortodoncia

4. Prevenir accidentes: protectores bucales

Durante la niñez y adolescencia es muy habitual la práctica de deportes en grupo.

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Aunque no se traten de actividades estrictamente de contacto -como el fútbol, el baloncesto…- es muy recomendable el uso de un protector bucal.

Este consejo resulta especialmente importante para jóvenes que lleven ortodoncia fija, pues así evitarán urgencias dentales relacionadas con su ortodoncia.

Sin embargo, recibir un fuerte golpe en una pieza puede provocar su calcificación, fractura o caída, por lo que recomendamos el uso del protector mientras se realice el deporte

Cuando el adolescente se lo quita, es importante lavarlos bien y almacenarlo en su caja.

Así, evitará que adquiera malos olores y se acumule sarro dental, con lo que podrá durar en buen estado durante mucho tiempo.

5. Evitar el estrés

Las clases, exámenes y tareas escolares pueden hacer mella en la calidad de vida de niños y adolescentes.

Y es que mientras son estudiantes, el estrés y ansiedad generados en época de exámenes puede traducirse en problemas de dientes y encías.

Respecto a las piezas dentales, no es de extrañar que los jóvenes sufran bruxismo, es decir, el rechinamiento involuntario de la mandíbula en horas de sueño.

Para evitar el desgaste dental y la sensibilidad que genera este hábito, el tratamiento más adecuado es una férula de descarga confeccionada por un dentista.

Por otro lado, los picos de estrés puntual generados por el colegio o instituto pueden generar problemas de gingivitis.

En concreto, del tipo úlceronecrosante aguda (GUNA), que implica enrojecimiento, sangrado y picor de las encías.

En este caso, lo adecuado es que el niño o adolescente se ponga en manos de un periodoncista especializado.

6. Cuidar al máximo la salud general

Aunque el cuidado de la salud general está afectado por muchos factores, queremos centrarnos en el tabaquismo.

Fumar es uno de los peores hábitos para el organismo y la salud bucodental en particular y muchas personas comienzan a hacerlo cuando son jóvenes.

Durante la etapa de la adolescencia, no se tiene mucha consciencia sobre los peligros que entraña el tabaco.

No solo hablamos del cáncer oral, posiblemente el peor efecto, sino que perjudica en gran medida a nuestros dientes.

Cuanto más prolongado es el hábito, mayor probabilidad se tiene de que aparezcan manchas, los dientes se vuelvan más amarillos y surja el mal aliento.

7. Visitar al dentista: revisiones y limpiezas

Lo ideal es hacer una revisión con el dentista una vez al año.

Sin embargo, la periodicidad de las revisiones puede variar según el tratamiento del niño o adolescente.

Así, en caso de que lleve ortodoncia, las revisiones serán mensuales.

En cualquier caso, será el odontólogo quien paute en cada caso cada cuánto tiempo es necesario pasar por la clínica.

Del mismo modo, conviene realizar una higiene dental profesional cada 8 o 10 meses con el fin de eliminar por completo cualquier resto de sarro.

Además, con este hábito de ir con frecuencia al dentista el profesional podrá detectar, si lo hubiera, cualquier problema en una fase temprana.

Como ya hemos mencionado anteriormente, la prevención es la mejor arma para luchar contra tratamientos complejos, invasivos y dolorosos.

Por tanto, cuanto más estrictos nos acostumbremos a ser con nuestra salud bucodental siendo jóvenes, menos visitas al dentista tendremos que hacer en el futuro.

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Dr. Pedro Pablo Martínez
Dr. Pedro Pablo Martínez
Especialista en Odontología Conservadora

Pedro Pablo Martínez es licenciado en Odontología por la Universidad Alfonso X el Sabio. Se especializó a través del Máster en Odontología Integrada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y del Máster en Endodoncia de la Universidad Alfonso X el Sabio. Combina su actividad profesional con la investigación, ya que es autor de diversos artículos aparecidos en publicaciones científicas como Journal of Dentistry o Journal of Clinical Periodontogy. Si quieres sabes más sobre el doctor Martínez puedes consultar su curriculum vitae, y su página personal.

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