7 hábitos para mejorar tu salud dental
Cuidar de la salud dental es muy importante para llevar una vida sana y feliz. Aquí 7 hábitos que te ayudarán a conseguirlo.


Cuidar la salud dental debe convertirse en una rutina diaria, al igual que realizamos cada día otra serie de actividades como lavarnos la cara o comer.
Y es que el estado de nuestra boca afecta al resto del organismo, por lo que es muy importante para llevar una vida sana.
Si prestamos la debida atención a nuestros dientes y encías, podremos prevenir muchas enfermedades, algunas de ella tremendamente perjudiciales para nuestra sonrisa.
Además, no nos llevará más de unos minutos al día, pero para que no te dejes atrás ningún aspecto importante, te explicamos 7 hábitos para mantener una correcta salud dental.
Índice de contenidos
1. La higiene dental, lo más importante
Llevar unas adecuadas rutinas de higiene oral en casa es la base de una adecuada salud bucodental.
Gracias a esta costumbre, es posible prevenir la aparición de la mayoría de patologías relacionadas con la boca: caries, gingivitis y periodontitis, halitosis…
Lavarnos los dientes después de cada comida debería ser un hábito adquirido desde la infancia, ya sea con un cepillo de dientes manual o eléctrico.
Eso sí, es aconsejable que emplees uno cuyas cerdas sean suaves o de dureza media para que no dañes tus encías o sangren debido al exceso de fuerza.
En tu clínica dental habitual, pueden enseñarte cuál es la técnica más eficaz para dejar la boca completamente limpia sin provocar una recesión de las encías.
Además, es posible encontrar en el mercado una amplia variedad de dentífricos.
Así, podrás optar por la mejor pasta de dientes para ti, aunque nuestra recomendación es que utilices una que contenga flúor, ya que refuerza el esmalte del diente.
Recuerda que lo ideal es que dediques al lavado de dientes al menos 2 minutos y pases el cepillo por todas las piezas
2. Completa tu limpieza bucal con otros utensilios
El lavado de dientes no es suficiente para eliminar por todos los restos de alimentos y de placa bacteriana que se acumulan en los recovecos de la boca.
Los espacios interdentales, es decir, los que hay entre cada pieza, es una zona de difícil acceso para el cepillo convencional.
Por ello, los dentistas siempre recomendamos que se combine con el uso de cepillos interproximales, pensados específicamente para higienizar esta parte de la dentadura.
Cualquier persona puede utilizar este utensilio, aunque está muy indicado para personas que tienen prótesis fijas o implantes dentales.
Igualmente, el irrigador bucal asegura una mayor limpieza de dientes y encías.
Se trata de un instrumento que echa un chorro de agua a presión para eliminar cualquier resto de comida acumulado en la cavidad oral.
Y, por supuesto, no hay que olvidar el hilo dental y los colutorios, cuyo uso está más extendido entre la población.
Puedes elegir el enjuague bucal que más te guste, aunque existen marcas que comercializan algunos enfocados a una parte concreta: para encías, para el aliento, etc.
3. La lengua: la gran olvidada de la higiene bucodental
La boca no solo está formada por los dientes y encías: la lengua también requiere de una limpieza específica y muchas veces nos olvidamos de ella.
Para lograr una buena salud bucal completa, la lengua también debe estar libre de bacterias, y es que es la parte que más agentes patógenos acumula.
De hecho, en muchos casos ahí se encuentra el origen del mal aliento.
Por ello, nuestro consejo es que te hagas con un raspador lingual que mantenga limpia la lengua también después de cada comida.
4. Hazte una higiene dental en el dentista
Aunque, a priori, goces de una buena salud dental y no tengas ningún problema relacionado con tu boca, conviene realizar una profilaxis dental profesional con frecuencia.
Lo ideal es que acudas a esta cita con tu higienista dental cada 8 o 10 meses, aunque la periodicidad puede variar según el estado de tu boca.
Así, el especialista suele recomendar las higienes cada 4 o 6 meses a personas que han padecido alguna enfermedad periodontal -gingivitis y periodontitis-.
Durante la higiene, se eliminan los restos de sarro solidificado que han quedado acumulados en las zonas a las que el cepillo no llega.
Este cálculo únicamente puede limpiarse en una clínica dental, donde cuentan con el equipamiento necesario para higienizar por completo la boca.
Y es que esta limpieza bucal con ultrasonido asegura que los dientes estén sanos.
Además, la profilaxis que realizamos en Ferrus & Bratos es más profunda que la ofrecida en otros centros.
No solo tiene una duración mayor -alrededor de 50 minutos- sino que incluso consigue frenar la gingivitis inicial y limpiar las manchas dentales superficiales.
Si la enfermedad periodontal avanza y deriva en periodontitis, será necesario recurrir a cirugías bucales para tratarla.
5. Cuida tu alimentación
Llevar una dieta sana y equilibrada es una manera muy eficaz de fortalecer los dientes.
El aporte diario de nutrientes y vitaminas asegura que la dentadura, al igual que el resto del organismo, esté en óptimas condiciones de salud.
Pero, además, reducir el consumo de ciertas comidas ayuda a prevenir la aparición de caries dentales.
Por ello, en la medida que te sea posible, evita comer con frecuencia alimentos con azúcar, refrescos, bollería industrial…
Ten en cuenta que todo lo que comes puede afectar también a la estética de tus dientes, ya que determinados alimentos tienen una alta coloración.
A la larga, contribuye a la aparición de tinciones y manchas en los dientes que, si bien no tienen ninguna consecuencia para la salud dental, sí que interfiere con tu aspecto.
El té, el vino tinto, el café, los frutos rojos, las espinacas o las judías verdes son alguno de los alimentos que más tiñen los dientes.
De hecho, nuestra recomendación para los pacientes que se están realizando un blanqueamiento dental es que limiten el consumo de estas comidas para obtener un resultado aún mejor.
6. Corrige tus problemas de oclusión y alineación
Tener una incorrecta mordida o los dientes torcidos puede no interferir en gran medida con el aspecto de tu sonrisa.
Sin embargo, a nivel funcional sí que puede llegar a perjudicar mucho tus dientes.
Por ello, no se trata solo de una cuestión de estética aunque, aparentemente, no distorsione nuestra imagen.
Los dientes desalineados y las maloclusiones generan más problemas de caries, ya que el sarro tiene más huecos en los que acumularse, además de propiciar el desgaste de las piezas.
Por ello, nuestra recomendación es que acudas a un especialista en ortodoncia para que pueda evaluar el estado de tu boca y poner una solución antes de que afecte a tu salud dental.
7. Acude a tus revisiones con el dentista
Al igual que es conveniente realizar una higiene dental con frecuencia, lo mismo sucede con las revisiones.
Acudiendo al menos una vez al año a tu clínica dental de confianza, no solo previenes la aparición de problemas dentales, sino que contribuye a su temprana detección.
Tratar a tiempo cualquier enfermedad facilita el diagnóstico y evita tener que recurrir a una intervención más costosa e invasiva para el paciente.
Por ello, la mejor medicina es siempre la prevención.
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